Cuando se está buscando un crédito hipotecario, no siempre uno se encuentra en la posición de elegir el banco o institución financiera con quien se desea financiar. A muchos les pasa que, a raíz de la evaluación comercial, se quedan con el primer o segundo banco que los acepta.
Esto puede ser principalmente por que la persona puede no ser atractiva para los bancos por temas de riesgo, que pueden ser por bajos niveles de renta o altos niveles de endeudamiento. Asimismo, la tasa de interés con la que pudieron haber obtenido su crédito hipotecario no fue preferencial, y lo más probable es que sea una tasa bastante alta para lo que se estaba ofreciendo en el mercado en ese momento.
No obstante, es muy probable que este tipo de personas, pasado un tiempo hayan podido aumentar su nivel de renta y haber disminuido su nivel de deuda, convirtiéndose así en un cliente bastante atractivo para la banca. (Podemos poner el ejemplo de un joven trabajador, o un joven profesional, que parte con un salario acorde a su experiencia, que se endeuda, y en el tiempo logra escalar en su trabajo).
Cuanda la persona ha sabido aumentar sus ingresos constantes, la banca lo premiará ofreciéndole tasas preferenciales para créditos hipotecarios, créditos de consumo y ofertas de tarjetas de créditos, entre otros, pues saben que un cliente atractivo puede terminar consumiendo un conjunto de productos de financiero ya sea de ahorro, inversión o crédito, convirtiéndolo así en un cliente rentable.
Es por esto que si una persona ya tiene un crédito hipotecario, que fue obtenido en momentos en que su renta fue considerablemente menor a la actual, puede evaluar un refinanciamiento hipotecario. Tal vez, ya está en una posición en la que se pueda elegir al banco y no esperar a ser elegido.
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