Según el Informe de Estabilidad Financiera del primer semestre de 2018, publicado por el Banco Central, es claro: El endeudamiento de los hogares chilenos subió desde el 2013 hasta este año desde un 40% a un 46% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y se concentra mayoritariamente en hogares con ingresos que se consideran altos, asociados a la contratación de créditos hipotecarios.
Esto se debe a un menor crecimiento económico y a una baja de las tasas de interés en el período, lo que no afectó la estabilidad financiera de Chile, pero provocó mayor endeudamiento en las empresas, las personas y el gobierno.
Según expuso el presidente del instituto emisor, Mario Marcel, ante la comisión de Hacienda del Senado, el deudor bancario termina destinando un cuarto de sus ingresos mensuales al pago de éstas. Para ponerlo en cifras: En el tramo de ingresos mensuales de entre 500 mil y los 600 mil pesos los deudores destinaban un 25,3 por ciento de sus ingresos al pago de deuda en el año 2015, lo que se incrementó a un 28,1 por ciento en el 2017. En el caso de quienes ganan entre los 1,7 y los 2,6 millones de pesos, elevaron el total de deuda respecto de su ingreso mensual desde las 9,13 veces en 2015 a las 10,53 veces en 2017.
Al referirse a la deuda hipotecaria bancaria, el Informe de Estabilidad Financiera explica que ha ido en alza junto al incremento de precio de las viviendas, lo que ha provocado también un aumento en la cantidad de particulares que tienen dos o más créditos hipotecarios. Eso explica que, pese a que suben los montos de deuda hipotecaria al primer trimestre de este año, no ha aumentado en demasía el número de deudores.
Marcel advirtió que esta tendencia “se ha mantenido por varios años, lo que podría ser reflejo de un aumento de los inversionistas minoristas que han utilizado las viviendas como un activo de inversión, bajo la estrategia de comprar para arrendar. Esta situación debería ser monitoreada, dado que una mayor participación de estos inversionistas podría exacerbar movimientos de precios en períodos de turbulencia”, según informa Pulso.
Sobre los oferentes de créditos hipotecarios (bancos y mutuales), el informe señala que los incumplimientos de pagos son mayores en aquellos que tienen simultáneamente un crédito hipotecario con ambas entidades. Eso sí, la falta de un registro de deuda consolidada limita una adecuada evaluación crediticia.
Finalmente, el Banco Central informó que al final del año pasado la deuda no hipotecaria se mantuvo en torno al 7% real anual, moderándose la llamada “fuente bancaria” en favor de oferentes de crédito no bancario.