A la hora de buscar (o refinanciar) un crédito hipotecario, es necesario fijarse en las conocidas tasas de interés, y cómo sus fluctuaciones pueden determinar una inversión o una deuda.
En esta ocasión nos referiremos a las tasas de interés de largo plazo (que van más allá de los dos años), cuyo valor determina cuánto puede endeudarse una empresa, un inversionista institucional u otros. De ellas dependen los valores de los bonos soberanos y corporativos, letras hipotecarias y otros derivados, cuyos plazos fluctúan entre los 2,5, 10 y 20 años. También, pueden determinar el nivel de rendimiento al que se puede optar si se invierte en instrumentos que dependen de éstas.
El nivel al que pueden llegar estas tasas depende de las llamadas “variables fundamentales” o “fundamentos” de la economía, entre las que se encuentran la tasa de política monetaria del Banco Central, la inflación, el crecimiento del país, tasas de otras naciones y el “riesgo país”, además de la oferta y demanda de estos instrumentos.
¿Y cómo puede el consumidor seguir la evolución de las tasas de interés, para poder elegir? Eso se hace a través de instrumentos como los bonos del Banco Central Reajustables en UF (BCU, en tasa de interés real) o en pesos (BCP, en tasa de interés nominal).
Al momento de buscar una opción hipotecaria, además, hay que fijarse en la cantidad de papeles a largo plazo en el mercado. Al incrementar la oferta de estos instrumentos, se espera que su precio caiga, subiendo el “rendimiento” de la tasa de interés ya que se paga menos por algo que está a una tasa prefijada. Pero puede suceder que ante una noticia o estadística determinada, las tasas se eleven y luego se estabilicen.
Una consulta recurrente es saber si la tasa de interés sufre cambios ante variables como la magnitud o monto de la colocación, o la cantidad de instrumentos disponibles. Según expertos, depende de las llamadas “magnitudes” (el tamaño del monto o colocación versus la demanda potencial).
Finalmente hay que tener en cuenta que sobre las tasas de interés de créditos hipotecarios pueden operar factores distintos a los de otros instrumentos de largo plazo, como el riesgo de las operaciones y su demanda, por lo que hay que estar permanentemente informado para tomar una decisión.