Tras los sucesivos anuncios presidenciales sobre las nuevas líneas 7, 8 y 9 del Metro de Santiago, además de la ampliación de otros recorridos, surgieron voces que hablaban sobre los riesgos de una “especulación inmobiliaria” en las comunas hasta donde arribará el ferrocarril metropolitano.
La prueba sería que dichos anuncios se hacen con bastante tiempo de antelación al comienzo de las obras, lo que daría tiempo a que las empresas a buscar los “mejores” lugares para comenzar sus proyectos.
Entrevistado por el diario La Tercera, el consultor del área de “brokerage” de Colliers International, Reinaldo Gleisner afirmó que “con la llegada del Metro, por lo general los inmuebles aumentan en promedio entre un 8 y 10% anual, produciéndose un alza gradual desde el anuncio y confirmación del trazado, y luego un alza importante durante la puesta en marcha de la nueva línea”.
“El mayor nivel de plusvalía para la venta y arriendo de departamentos y oficinas se produce en 500 metros de diámetro desde una estación de Metro. Respecto al trazado que contempla las comunas de Renca y Cerro Navia, el mayor impacto será en el desarrollo de proyectos residenciales, el cual se verá potenciado de manera importante, especialmente si se cuenta con una normativa que permita la construcción en altura”, agregó Gleisner.
Sin dudas, los precios de propiedades y terrenos en las comunas donde llegará el Metro y sus cercanías sufrirán variaciones. Tal vez no en lo inmediato, pero sí cuando se conozcan los trayectos definitivos y la ubicación de las estaciones. Un claro ejemplo es lo ocurrido con la línea 6 y la futura línea 3, donde el valor del suelo aumentó en cerca del 30% en algunos lugares.
Solo queda esperar y ver si la llegada del tren subterráneo provoca cambios significativos en su cercanías, lo que puede depender de factores como lo consolidado de los diversos sectores, los usos que se les pueda dar y si cuenta con el potencial inmobiliario suficiente para desarrollar proyectos habitacionales, de oficinas o comerciales.