A la hora de pagar un crédito hipotecario, se buscará siempre que la deuda disminuya lo antes posible. Por esto es importante entender a que nos referimos cuando hablamos de “amortizar” la deuda.
La amortización de un crédito es, en palabras simples, el hecho de pagar la deuda original que se pactó, haciendo disminuir lo que debemos al banco.
Una persona podría pensar que con el pago que se realiza cada mes, es lógico que la deuda disminuya en casi la totalidad de lo que se paga de la cuota, pero la realidad es que esto es relativo. Al principio del crédito, mientras más alta sea la tasa de interés pactada, mayor será la parte de la cuota que se irá a cubrir el crecimiento que tuvo la deuda por conceptos de intereses.
Pongamos un ejemplo: Una persona toma un crédito de 2.400 UF, con tasa de interés pactada anual de 5% y con un plazo de 25 años. Según estos datos, el valor de la cuota mensual del crédito será de 13,87 UF.
Transcurrido el primer mes, la deuda, por conceptos de interés, va haber aumentado en 9,78 UF. De esto, concluimos que el 70% de lo que se paga en la primer cuota, va a cubrir solo los intereses del crédito (9,78 UF de 13,87 UF), y el 30% restante, que serán 4,09 UF van a hacer disminuir la deuda original. A esto le decimos que la deuda se amortizó en 4,09 UF.
Por lo tanto, cuando se paga la cuota mensual, se está devolviendo al banco parte del capital prestado más los intereses generados.
Lo anterior, es como se amortiza una deuda con el pago de cuotas mensuales, sin embargo, existe otra alternativa para amortizar la deuda, y es con los prepagos o pagos anticipados, los que amortizarán la deuda directamente, generando que la deuda disminuya, con lo que se reajustará el dividendo pactado a un menor valor, no así el plazo ni la tasa original del crédito.
Para saber más respecto prepagos, lee nuestra nota ¿Es buena idea prepagar el crédito hipotecario?