A la hora de buscar y conseguir un refinanciamiento hipotecario todo puede volverse muy engorroso: Un proceso que puede incluir revisar qué ofrece cada banco hasta elegir uno, una evaluación, conseguir y presentar los documentos que se exigen, esperar y recibir las aprobaciones correspondientes, el proceso de escrituración e inscripción en el Conservador de Bienes Raíces, el pago de la deuda, etcétera.
En México, desde mediados del año 2014, está en funcionamiento un sistema que puede hacer todo esto mucho más rápido, la “portabilidad hipotecaria”, bastante parecido a lo que conocemos como “portabilidad numérica”. También conocida como “subrogación de acreedor”, es la posibilidad de que un banco pueda tomar el crédito hipotecario que tienes en otra entidad ofreciendo mejores condiciones (Por ejemplo, en la tasa de interés).
Eso sí, no se trata simplemente de colocar un nuevo crédito sobre otro, lo que solo acarrearía más gastos. Como su nombre lo señala, es cambiar el nombre de un acreedor por uno nuevo, el que seguirá estando garantizado. Los gastos en que se incurre son mínimos, ya que no se vuelve a escriturar la propiedad ni se pagan impuestos, y solo establecen el cambio ante notario.
Según datos de la Asociación de Bancos de México (ABM), durante el 2016 se realizaron unos 26 mil traspasos de hipotecas desde un banco a otro y unas 8 mil portaciones durante 2017.
Pero, ¿puede un banco negarse a realizar este trámite? No en este caso, ya que las entidades están obligadas por ley a hacerlo si así lo decide el cliente. Lo que sí pueden hacer es ofrecer lo que esté a su alcance para retenerlo.
¿Y qué pasos sigue el consumidor para acceder a la “portabilidad hipotecaria”? Tras encontrar un banco que ofrezca un mejor crédito, se le debe entregar la documentación que se solicite sobre la propiedad. Luego se le solicita a la institución de procedencia el llamado “estado de cuenta para efectos de subrogación”, que debe ser recibido en un plazo de 15 días. Este debe ser llevado al banco elegido para que pague el saldo del crédito al banco “original” y realice el traslado del crédito hipotecario.
En ese momento, el cliente acude a un notario para pagar los derechos del registro.
¿Estaremos preparados en Chile para esta clase de instrumento?
En Tantea creemos que sí y lo queremos fomentar, ya que provocaría un aumento de la competencia, que favorece al consumidor con mejores tasas, y a la larga dinamiza el mercado.
Actualización a Noviembre de 2018: Y finalmente en Chile las autoridades de gobierno pusieron manos a la obra y comenzaron a trabajar en un proyecto de portabilidad hipotecaria , entérate más de esto aquí.