Una figura que se está haciendo recurrente en el mercado de propiedades es el llamado “broker inmobiliario”, pero tal vez no todos tienen muy claro cuál es su papel a la hora de buscar una propiedad.
Un broker inmobiliario se define como la persona (o empresa) que media entre ambas partes para llegar a un acuerdo. Es contratada específicamente cuando el interesado por una propiedad no tiene el tiempo o el acceso para revisarla o no puede realizar la negociación por sus propios medios; Así, es el broker quien hace todas las operaciones hasta que la transacción ha sido realizada.
Muchos sitios especializados recomiendan los servicios de brokers inmobiliarios si se trata de inversionistas interesados en propiedades como negocio, si se desea adquirir o vender un bien raíz en el extranjero o en otra parte del país, o si se está escaso de tiempo para hacerlo.
Una duda que existe sobre el tema, es si tiene alguna diferencia la figura del broker con la del agente inmobiliario, y sería en sus labores: mientras el broker es que el coordina las operaciones y la transacción final entre vendedor y comprador, el agente inmobiliario es quien ejecuta estas acciones.
Las empresas del ramo que ya se encuentran en el país también son encargadas de negociar con las entidades bancarias mejores condiciones en lo referente a tasas de interés, amortizaciones, seguros, condiciones de prepago y sus diversos plazos, entre otros aspectos. El servicio es gratuito para el cliente, pero al banco se le cobra un porcentaje del crédito.
Para expandir su rango de acción, muchas veces estas empresas entregan a los clientes «datos» de arquitectos, paisajistas o decoradores, para personalizar aún más la experiencia de compra.
En resumen, es un servicio que te puede ayudar a encontrar lo que buscas fácilmente y transformar lo que podrían considerar trámites interminables en soluciones rápidas y satisfactorias.